La Humanidad y sus grandes situaciones
En estos dos temas, reflexionaremos sobre
nuestras tendencias y como aplicaríamos estos en el desarrollo de la humanidad.
Dentro de esta, conoceremos lo que es la
Globalización, que, de acuerdo a su definición, esta proceso económico,
tecnológico, político y cultural a escala planetaria que consiste en la
creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo
uniendo sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de
transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter
global.
En el ámbito de la cultura, las características
de la globalización han venido afectando de alguna manera la identidad de todos
los pueblos del mundo.
En sociedades con poca identidad cultural, el
fenómeno de la aculturación impone modas y modos que convierten a sus
habitantes consumidores de una cultura que los enajena.
Mientras que en sociedades como la nuestra, con
gran riqueza cultural, la aportación de la cultura mundial nos enriquece al
poder asimilar los logros del pensamiento universal, como la ciencia y
tecnología.
La Globalización es un proceso económico,
tecnológico, social y cultural a escala planetaria que consiste en la creciente
comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo uniendo
sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones
sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global.
Proceso de maduración humana
La madurez espiritual consiste en aprender cómo caminar en obediencia a
Dios. Es tomar la decisión de vivir según el punto de vista de Dios en vez del
humano. Gálatas 5:16 y 25 nos dan la clave: "Digo pues: Andad en el
Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne...Si vivimos por el Espíritu,
andemos también por el Espíritu." La palabra "andar" en el verso
16 viene de la palabra griega peripateo, que significa "caminar con un
propósito a la vista." La palabra "andar" en el verso 25 ha sido
traducida de otra palabra griega stoicheo y significa "paso a paso, un
paso a la vez." Es aprender a caminar bajo la instrucción de otro. Esa
persona es el Espíritu Santo. Ya que el Espíritu Santo mora en los creyentes,
deben andar también bajo Su control.
«La gracia no suple a la naturaleza». La gloria
de Dios es que el hombre viva, y que lo haga de una forma plenamente humana,
desarrollando en plenitud todas sus potencialidades humanas, que le hacen ser a
imagen del Creador (Gén 1,27), hombre nuevo a imagen de Cristo (Rom 8,29). Pero
este crecimiento humano lleva emparejada la conciencia de la limitación humana,
de la propia finitud, que abre al hombre a la búsqueda de la trascendencia,
haciendo realidad las palabras de san Agustín: «No te buscaría si no te hubiera
ya encontrado».
Me pareció citar esta definición textual porque
encierra en sus palabras exactamente el verdadero sentido de lo que conlleva la
madurez religiosa.
¿Puede una persona joven en edad tener madurez
religiosa?
Esta pregunta la lanzo porque se me viene a la
mente, el hecho de que cuantas personas maduras en edad con muchas canas y muy
buena preparación profesional no son capaces de llegar a un equilibrio de sus
emociones, no dominan sus pensamientos negativos, no tienen
Fe. Niegan la existencia de en un ser supremo
que nos cuida y protege, que es nuestro padre celestial Jesús, que ofreció su
vida a cambio de salvarnos para que todos compartamos con él la vida eterna.
Hay jóvenes maduros, con una fuerte convicción
religiosa, que mantienen su equilibrio de emociones y sentimientos, creen en
Cristo y cumplen con los mandamientos de la Ley de Dios.
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