Dirigido al publico en general
El siglo XXI ha sido un
periodo de muchos cambios desde un inicio, han aparecido nuevas tecnologías,
las personas están mucho más tiempo en sus trabajos y la vida en sí se ha
vuelto más ajetreada y por lo tanto, complicada. El hecho de que nuestro ritmo
de vida se haya acelerado de una manera impresionante, que existan tantas cosas
que acaparan la atención de las personas y, por supuesto, que se tenga una
serie de responsabilidades con las cuales cumplir día a día ha dificultado en
gran medida el tener tiempo para hacer cosas fuera de nuestras obligaciones y
responsabilidades.
Lamentablemente, hoy en
día, encontrar un grupo de personas que verdaderamente estén comprometidas a
seguir a Cristo parece ser más difícil que encontrar oro líquido. El mundo está lleno de iglesias donde se
pretende estar en comunión por un par de horas a la semana, y donde te llaman
“hermano” porque no se acuerdan de tu nombre.
Estas falsas iglesias han dejado quemados a muchos y han creado un
espíritu de escepticismo contra cualquier grupo que intenta hacer las cosas
bien.
La comunidad cristiana
es eso, una comunidad, es decir que todos sus miembros son importantes y cada
uno juega un papel que sirve de aporte a la comunidad en general; es importante
destacar el apoyo que podamos darnos unos a otros, es importante el factor humano,
que veamos a los demás como nuestros hermanos, que llevemos una vida que nos
permita ser mejores personas cada día.
Dirigido a la niñez y juventud
Dios cada día nos pone
ante nuestros ojos la oportunidad de ver y crear cosas nuevas, de aprender y
valorar todo lo que se tiene, siendo responsables ante esto. El egoísmo es uno
de nuestros errores principales ya que crecemos pensando que debemos estudiar y
trabajar para en un futuro tener todo para nosotros, pero no pensamos en
trabajar y estudiar para algún día poder ayudar a todos los que lo necesitan.
No pensamos en las
injusticias que se cometen día a día, y que desde niños hasta nosotros mismos
cometemos solo para evitar problemas, porque es más fácil culpar a los demás,
que aceptar que nos equivocamos.
En la actualidad, el
problema urgente que la humanidad afronta consiste en idear métodos y medios
tendientes a eliminar la reñida competencia, el conflicto y la rivalidad en
todas las formas sutiles y materiales que ellas asumen en los diversos ámbitos
de la existencia.
La regulación económica
es imposible a no ser que la gente comprenda que, en cuestiones económicas, no
podrá existir una acción planificad a y de cooperación hasta que el interés
personal dé paso al amor desinteresado. De lo contrario, aunque la humanidad
posea el mejor equipamiento y la máxima eficacia en el plano material, no podrá
evitar el conflicto y la insuficiencia.
La Nueva Humanidad que
surge de los penosos esfuerzos de la actual lucha y sufrimiento, no hará caso
omiso de la ciencia ni de sus logros prácticos. Es un error pensar que la
ciencia es anti espiritual. La ciencia, según cómo se la use, es una ayuda o un
obstáculo para la espiritualidad.
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